Como todos sabéis, la TELEMIERDA su nutre en buena medida de repulsivos personajes de la farándula de escaso mérito o utilidad para la sociedad. Hoy homenajeamos a uno de esos seres, un hombre cuyo único mérito fue nacer en el seno de una familia asquerosamente rica y poderosa, una familia que con sólo el chasqueo de los dedos de uno de sus miembros, haría desaparecer este blog y nos llevaría a todos y cada uno de nosotros a una oscura prisión dónde nos someterían a las más terribles torturas, via oral, nasal, y especialmente, anal. Por lo tanto, tratemos esto con sumo cuidado y delicadeza y presentemos a nuestro protagonista de hoy (redoble de tambores): Saadi al Gaddafi.
Nuestro homenajeado de hoy comparte dos cualidades con uno de nuestros queridos administradores blogueros: le gusta el fútbol, y es un niño de papá. ¿Adivináis de quién se trata? ¿No?, bueno, empieza por J, y termina por uanele, no digo más. Pero centremonos.
Saadi al Gaddafi nació un caluroso 28 de mayo de 1973 en la ciudad de Trípoli, Libia. No habían pasado apenas 3 años desde que su papá Muammar había tomado Libia por la vía revolucionaria, pero desde el momento en que nació, estaba claro que este pequeño bastardo tendría una vida fácil. Y lógicamente así fue. Creció junto con sus 7 hermanos (algunos de diferente mamá, ya se sabe) viendo como papá gobernaba con mano de hierro una nación que vivía única y exclusivamente para besarles el trasero.
Al contrario de lo que pueda parecer a simple vista, Saadi no era el más tonto de sus 7 hermanos, de hecho, si planteamos una escala razonable, vemos que nuestro prota ocuparía el 7º lugar de 8 en nivel de idiotez mental, sólo superado por su hermano Hanibal, el más pequeño, famoso por sus recurrentes palizas a su novia embarazada, episodios de conducción temeraria, e incluso por cruzarle la cara a dos empleadas de un hotel en Suiza, algo que a la postre causó que papá cortara el grifo pretolero a los suizos, con dos cojones. "Pide y recibirás, pero dos hostias, no más".
El caso es que papá veía como todos sus hijos seguían sus pasos en mayor o menor medida, unos, con una brillante formación militar. Otros, con una ejemplar carrera universitaria, haciendo a papá sentirse orgulloso, pero Saadi era diferente, el pasaba de toda esa mierda (aunque obtuvo el rango de coronel Dios sabe como), lo suyo era "er fubo" y vivir de la fortuna de papá, haciendo gala de unas convicciones morales más fuertes que las del mismísimo coronel Tejero. Asi que, harto de los quehaceres en palacio, e ignorando su completa nulidad como futbolista, se autoincluyó en el Al Ahly Tripoli de Libia, donde comenzó una meteórica carrera como futbolista.
Allí, los datos le avalaron. Nada menos que 74 partidos y la espectacular cantidad de 3 goles (si, tres) le hicieron valedor, con todo merecimiento, y a ver quien tiene cojones de decir lo contrario, del galardón al mejor delantero de la liga de su país en varias ocasiones. Lógicamente, sin que la mano de su padre mediara en absoluto, Saadi cambió de aires y fichó por lo que sería el FC Barcelona de Libia, el Al Ittihad, donde, seguramente sin haber pedido permiso antes, se convirtió en dueño, presidente, capitán y jugador titular, de nuevo con todo merecimiento. Y fue como pluriempleado de este club donde Saadi conoció la gloria del balompié. Dada la mediocridad de la liga libia (o libanesa, yo que se), el equipo fue campeón de liga en los dos años que duró la aventura. Tan aburrido era aquello, que Saadi sacó incluso tiempo un día para alquilar el Camp Nou por 300.000 eurillos de ná, que era lo que tenía suelto en el bolsillo del pantalón en aquel momento. En Barcelona, Saadi "decidió, primero, que hablaría para la prensa; después, que lo haría pero sin referirse al conflicto de Irak; y, al final, concluyó que mejor lo dejaba para otro día". Qué grande.
Saadi, además, era curiosamente presidente de la federación de fútbol, nuestro Villar particular, asi que ni que decir tiene que el tío se autoincluía en todas y cada una de las convocatorias internacionales, que durante una época decidía el seleccionador Franco Scoglio. A este buen hombre, le preguntaron un par de años después acerca de Saadi, y simplemente respondió: "Cuando entrenaba a Libia lo llamé un par de veces, pero prefiero no decir nada sobre sus cualidades como jugador". Esclarecedor.
Cansado de Libia (y seguramente viceversa), Saadi se puso a si mismo en el mercado futbolísitco internacional. Antes, por si acaso, compró casi el 10% de las acciones de la Juventus, por joder, más que nada, al tiempo que declaraba a los cuatro vientos que "deseaba lucir botas plateadas y ser tan grande como Ronaldo". Lo de grande no deja de ser irónico, pero entonces ocurrió. En pleno verano de 2003, incomprensiblemente, el Perugia, de la Serie A italiana, puso sus ojos y su dinero (300.000 euros de carácter "simbólico") en Saadi, de aquella con 30 años, los mismos que Raúl en la actualidad. A día de hoy, aún son un completo misterio las razones que impulsaron a este modesto equipo italiano a tal atrocidad, pero ajenos al clamor furioso de sus aficionados, el club lo presentó el 29 de Julio de 2003 en un acojonante castillo medieval, como si del mismísimo Di Stefano (de jóven) se tratara.
A partir de aquí, la historia de Saadi es kharma en estado puro, desternillante y entristecedora a partes iguales... pero eso, otro día.
22.3.09
TELEMIERDA. Seres despreciables: Saadi Al Gaddafi, niño de papá (I)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
El día que mi padre lea este blog, estaréis todos en la cola del inem.
Lo del hotel me ha recordado a una cosa que dice un amigo mio: Cuantas mas ostias, mas risas, y cuantas mas risas, mas ostias
El tio si que sabe... no hacer nada digo jejeje
Oscar, como tu médico y abogado, te recomiendo que salgas más a la calle y flirtees con alguna que otra droja.
Te diré lo mismo que tú le dijiste a cierto pasQ (que Ala le tenga en su gloria): "¿Te he dicho alguna vez que eres un genio del humor? . . . Algún día lo haré."
Pray for Moyo!
Publicar un comentario